Hoy, cuando me he despertado, una brisa de felicidad ha invadido mi corazón. Pensé que podría ser porque había dormido bien, pero no fue así. Entonces sentí la necesidad de sonreír, una razón para ser feliz. Miré al cielo y por un momento pensé que el hermoso sol era el motivo de mi alegría. Pero tampoco lo era. No me preocupé por saber qué era, sólo lo sentía.
Fue entonces cuando empecé a pensar en la gente que me gustaba, se me pasaron muchas personas por la cabeza, pero cuando me acordé de ti, tu amistad siempre ha sido un fundamento para mí, siempre humilde. Me han ayudado y me ayudan cuando lo necesito. Me sorprendí a mí mismo pensando en una manera de decirte lo mucho que quiero que seas feliz.
Y el resultado está ahí, este mensaje que aunque es sencillo, sale del corazón. Y así como siempre he contado con tu amistad, que sepas que también puedes contar con mi amistad eterna.