Pase lo que pase en tu vida, no pierdas tu paz interior, es la fuerza que necesitas para mantenerte en equilibrio incluso durante las peores tormentas.
En esta época de gente atormentada por pesadillas, frustraciones y sueños rotos, mantener la paz es esencial para evitar caer en las trampas de la depresión.
La carga de información que recibes a lo largo del día, la presión del trabajo, los estudios y las relaciones, acaban dejando los nervios a flor de piel.
Si no estás pensando en tu bienestar, no puedes mantener el equilibrio y entonces tu hígado empieza a sufrir las primeras consecuencias, de ahí a enfermedades estomacales como gastritis, úlceras y otros nombres poco recomendables, va un paso.
Es necesario que pongas filtros en tu vida, y cuando recibas noticias, sean las que sean, analices y descartes rápidamente lo que no es realmente importante para tu camino.
Mantener la paz es un ejercicio diario, porque muchos obstáculos estarán presentes en tu día a día, empezando por el hogar, donde bajo el mismo techo se reúnen personas que no comparten las mismas ideas que tú.
En el trabajo nos esperan otros problemas. Mantener un empleo es cada vez más difícil, debido a la enorme competencia que imponen las empresas entre los empleados, lo que hace que el clima sea a veces «infernal e insoportable».
Para complicar las cosas, tu relación es a veces tan complicada por tonterías que te quedas pensando, ¿merece la pena?
Y cuando estás solo, sigues imaginando que no has nacido para amar y ser amado, que los ángeles te han olvidado y otras tonterías que provoca la soledad.
Todo esto y más esos amigos que se creen poderosos y utilizan tu hombro como si fuera un gran muro de las lamentaciones y te dejan más cargado de energías no buenas.
Cuídate mientras estés a tiempo. Para que tu paz continúe, utiliza estas reglas básicas:
- Utilice el sentido común al leer las noticias.
- Deja de seguir a los alarmistas.
- Al entrar en el lugar de trabajo, reza una oración silenciosa y saluda a todos con alegría.
- Respétate, si no te apetece hablar con nadie, vete y deja de fingir que todo está bien.
- Pide ayuda. Para ayudar a alguien hay que estar muy bien. Si no estás bien, olvídalo, te perjudicarás a ti mismo y a los que te pidieron ayuda. La paz es una conquista de los que se aman.
- ¡Quiérete por amor a ti mismo! Nadie tiene derecho a invadir tu paz y si lo hacen es porque tú lo permites.
- Revisa tus acciones. Para mantener la paz, todo vale: baños relajantes, oraciones, terapias y mucho amor. La paz es un ejercicio diario.
- Sonríe más, relájate, encuentra un pequeño rincón dentro de ti para ser feliz. Usted es responsable de su propio bienestar. Cuando seas feliz, los demás seguirán tu ejemplo.
- Cree en ti mismo.
- Valórese a sí mismo. Te mereces mucho más de lo que tienes hoy, y lo conseguirás si mantienes tu mente centrada en tus logros, sueños y deseos.
Sólo hay dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día adecuado para amar, creer, hacer y, sobre todo, vivir.